Si existiera el cielo y el infierno, ¿a dónde crees que te irías?
Estamos...
Regidos por un principio de placer y no de obediencia.
Preferimos dejar de lado los receptores de dolor y tomar cada estímulo que se presenta en nuestro entorno.
Producimos un exceso de células malignas, comparables con el cáncer.
Por ello fuimos expulsados de la llanura de Damasco.
El sistema eclesiástico tan alejado de lo terrenal basado en juzgar y castigar ; se aferra a estos dos principios.
Todos somos culpables. Cada uno es un Lucifer, ¡ángeles caídos!
Tienen tiempo de redimirse pero les digo: ¡Qué bien la pasaremos allá abajo!
Sé que el infierno estará repleto...