Si observas con atención durante largo tiempo, día tras día, una cara que ha sido inmortalizada debido al click de la cámara...
¿Puede llegar el momento en que veas cualquier rasgo y lo puedas identificar?
¿Puede llegar el momento en que sepas la ubicación exacta de los lunares?
¿Puede llegar el momento en que sientas la textura entre las puntas de tus dedos?
¿Puede llegar el momento en que imagines todas esas líneas de expresión al soltar una carcajada o al contraerse por el pinchazo de una aguja?
¿Puede llegar el momento en que ese rostro te sea tan familiar, te sea tan tuyo aunque nunca hayas visto frente a frente a esa persona?
El fulgor de los ojos siempre me ha maravillado.