La temperatura que sientes descender, adherida a este anochecer.
El primer día de todo este año, ¡Qué felicidad!
La hora de sacar del clóset el suéter más arrugado que hay.
De contemplar el ambiente azul en lugar del naranja primaveral.
De que en el metro, a pesar del gentío habitual, cómodamente puedas viajar.
De cambiar las frías cervezas por un tequila o mezcal.
De agregarle al café un toque de alcohol para el cuerpo entibiar.
De quedarse en cama un rato más por evadir la frialdad.
De perseguir al gato porque su calor se rehusa a brindar.
De enrollarnos el cuello con la bufanda que alguien nos tejió hace un año ya.
De burlarnos de la nariz roja del pasajero de atrás.
De cambiar las fiestas al aire libre por un buen bar.
De tiritar los dientes para que alguien en sus brazos te quiera enlazar.
De virar el sentido común y despojar los cuerpos de ropa,
al fin y al cabo, el frío, con tu cuerpo, lo vas a aminorar.