jueves, 24 de julio de 2008

Pérdida de amnesia.

Y tus pies comenzaron a moverse, siempre uno después del otro cautelosos de no tropezar, este par teniendo el control porque entonces tú ya no eras tú, sólo te dejabas llevar, sintiéndote en medio de todo el absurdo.

Tus ojos acostumbrados a luz producida por las bombillas de aceite, de pronto se encontraron deslumbrados con los aparadores rebosantes de luces doradas.
Tu nariz aspirando esos olores fatigantes: lavanda, maderas, aceites produciéndote un ligero malestar.
Tus dedos siendo agradablemente raspados por el relieve de lso ladrillos naranjas, naranja están siendo pintadas las yemas ya
Tus oídos recibiendo las mismas letras de invariable orden y, al fondo música...seguramente Parker o Coltrane...esos símbolos definitivamente significaban algo, algo que al parecer todos conocían excepto tú, porque entonces tú ya no eras tú.

Letras del abecedario: 10, 21, 12, 9, 15 siendo repetidas por diferentes bocas luego de cada esquina, en donde te enfrentabas a una multitud 'nueva' y en la que tu in-conciencia desesperadamente buscaba alguien...alguien no por conocer sino conocido, talvez buscándo-te.

Un espejo y tu reflejo en él, éste carente de toda lógica...no no, entonces no debía ser buscándo-te, talvez sea buscándo-la.

Sin previo aviso, los pasos aumentan su velocidad, incapaces de perder la coordinación perfecta, deben poseer instrucciones: 1.- Desafíe la fuerza gravitatoria de 9.18 2.- Suba el pie izquierdo unos 10 cm para caminar o 20 si desea subir un escalón...sí, algo así.

Una esquina más, tú sin saber que es la última, das vuelta a la derecha, vuelta al principio, al principio del puente en donde ella está, esperando con la mirada perdida, esperándo-te.

Los pies han perdido su control, ahora es de ella, siempre lo ha sido. Dos pares de ojos se encuentran y se reconocen, de nuevo pronuncia las letras: 10, 21, 12, 9, 15 y como un código siendo comprendido por los oídos asientes la cabeza, ella se acerca y un par de bocas se encuentran, una carente de color y otra color carmesí, un par de manos se encuentran, una con yemas naranjas y otra sin relieves, agradable al tacto.

Y entonces tú ya no eras tú, toma tu mano, te lleva a cruzar el puente, a cruzar al otro lado del puente,
al otro lado del cielo.



A J.C.

1 comentario:

M dijo...

no inventes marlene! está más que genial! si es el que piensas mandar.. ¿Qué demonios esperas? sólo mándalo y ya, está muy muy muy muy muy hermoso, las imágens son lo mejor.