Quinto.

Un eclipse es un ciclo completo, inicio y fin en sí mismo, recordándonos 2 virtudes: observación y paciencia frenando así el acelerado ritmo en el que vivimos, deteniendo la inercia.

El fénix astral.

La magnánima Naturaleza.

Manifiesto

Encontraste una forma de desplazar la ausencia mediante las letras. Ésas que no nos dejan, que nos acompañan desde el momento en que nuestras líneas dejaron de ser paralelas para convertirse en perpendiculares. Las letras que han contado nuestras tristezas, amores fugaces, borracheras, conjuntando nuestra historia, nuestro elixir de vida. Hace frío y es de noche, nuestro arquetipo de conversación, siempre arrullados por un Manu Chao, un Salón Victoria, un Café Tacvba, unos sones jarochos. Estoy aquí, te doy la mano y el impulso para hoy y 364 días más ¡Sé valiente!

La cha-pa-rri-ta que te quiere a ti, mi gran amigo.

Para Rodolfo en su cumpleaños.

Cero

Interior teniendo los campos de flores olvidados. Astillado. Cambios súbitos.

Promesas, palabras, ilusiones: el incumplimiento del trío, desplazándose con una pata amarrada.

La confianza zambullida en éter.

Insomnio nocturno. Al alborecer, el jarro sigue vacío y la tristeza siendo acogida por los ojos.

Numeremos las crueldades:

La distancia poniendo una silla incómoda para la espera infinita, antesala de la incertidumbre, sembrando la semilla negra, yendo contra nuestra naturaleza.

En segundo plano: el factor humano; ellos, tú, yo...todos. Unos más masticados que otros.

Ellos, tratando de hacer daño, a la ofensiva.

Tú, falto de coraje e imposición ¡Sé valiente! Creador de promesas falsas y causante de la gama grisácea.

Yo, sinónimo de inestabilidad e intolerancia; la aflicción cegando; el nudo en la garganta; la(s) gota(s) emergiendo

Con una mezcla así, ¿Qué se puede obtener?

La no-homogeneidad, trizas volando, las uñas mordidas, las restas tratando de sumar, la nulidad, los múltiplos de cero.