lunes, 24 de noviembre de 2008

Denarius.

Papel impreso, Zaragoza o Sor Juana (lo que sea, que más da), desprendiendo un olor tan característico que incluso al tacto impregna.

Afectando irremediablemente las relaciones humanas, la base de las relaciones humanas y a pesar de todo, a nadie puede llamársele culpable, el maldito ha sabido infiltrarse por los poros de cada uno hasta hacernos adictos...desde siempre (para parir 'dignamente' necesitas dar a la institución un bloque de éste)...viene como el supuesto pecado nato de Adán y Eva...talvez ese sea el
pecado real.

Y las instituciones
? son unas hijas de puta glotonas!! Reciben millares de papel con esas manos ulceradas, ellos son las que nunca carecen de esa delgada hoja que tantos anhelan, las que nunca pueden perder...el sistema nunca puede perder pero si atrofiarse. Ellas se ensanchan mientras a la mayoría se les escurre la vida, como un hielo, para mantener el vicio, ni siquiera para vivir...absorben la vitalidad de otros cautelosas y concientes de su inmortalidad.

Y la crisis
?? Se ensaña con los más jodidos, se los lleva la chingada y lo disfruta placenteramente. Los menos beneficiados se hunden más y los de arriba al parecer nunca caerán, ni siquiera percibirán la inestabilidad de la cuerda floja.

Esa cuerda frágil, fácilmente deshilachable a la que muchos se aferran frenéticamente con sus puños cerrados, con esos dedos rebosantes de callosidad, con las uñas despostilladas...Y en ese intermedio de tener la cuerda y no tenerla es cuando se trastoca la relación persona-persona.

Aquellos aparentemente inmunes nunca experimentarán la sensación de soltarse y dejarse caer y encontrar en la caída, en algún punto de la espiral, otra cuerda y aferrarse a ésta y de nuevo soltarse y
dejarse caer.

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