miércoles, 11 de diciembre de 2013

IP

El dice su nombre 3 veces, en cada una está más convencido que ella aparecerá. El tiempo de espera que casi lo asfixia, el tictac del reloj que incrementa los nervios y comienza a surgirla duda...Pero no, de pronto, el tiempo se detiene y ella surge de la neblina, con unos ojos ávidos de mirarlo y llenos de amor.

Ahí están los dos mirándose fijamente , un fulgor poco común se refleja en sus ojos, la cosas bellas de la vida asomándose, el fulgor que evidencia sus más profundos sentimientos, aquellos impronunciables, aquellos para que el lenguaje no alcanza a expresar, el fulgor que confirma que son amantes. Logran disipar todas las dudas, ellos se aferran su sueño. Ellos se aferran a algo que otros llamarían imposible pero es que el mundo que intentan representar tiene una escala mayor, este mundo tiene límites y ellos no quieren límites, todo el universo no bastaba para amarse.

Un cúmulo de horas del día invertidas en mirarse, dedicadas al otro en donde no existe nadie más ni nada más que hacer excepto compartir, acrecentando su cariño a niveles estratosféricos que ni uno ni otro pueden imaginarse, Qué regocijo! Comienza a ensancharse ese vínculo de complicidad.

Ríen de vanalidades, ríen del día a día, ríen porque se saben los mejores amantes.
El amor, siempre el amor, ellos creen que aunque haya tierra firme que los separe, al verse ellos se trasladan a su mundo, entre las nubes. Cada gesto lleno de tanto cariño! Asemejan el sol y la luna, los astros rebosantes de alegría al encontrarse. Se eclipsan en las alturas.

Una montaña de tinta y papel dedicados al otro, una montaña de almacenamiento virtual entre palabras, conversaciones e imágenes. Un mundo que han creado mientras llega el día anhelado, aquel en el que ya no se separen.

Y después de todo esto, me preguntas si te quiero conmigo toda la vida?


Ya te tengo y así nos quedaremos viviendo la hermosa vida.

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